La Revuelta en Haifa: Informe de un Testigo Ocular

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El siguiente es un escrito anónimo remitido desde la Palestina Ocupada, que documenta y analiza los sucesos acaecidos el pasado mes en Haifa, Jerusalén y el área circundante. Para conocer algunos antecedentes sobre el anarquismo en la región, puedes consultar nuestra anterior entrevista sobre este tema.


Durante el último mes ha tenido lugar un levantamiento popular en todo el territorio de Palestina y en las comunidades de refugiadxs palestinxs en el extranjero. Estalló en Jerusalén, se extendió a pueblos, ciudades y barrios palestinos de la “Palestina del 48” (es decir, Israel) y, finalmente, a Cisjordania, Gaza, campos de refugiadxs en países cercanos y consulados israelíes en todas partes. Por primera vez en décadas, lxs palestinxs demostraron que no solo siguen existiendo, sino que están unidxs y dispuestos a resistir, a pesar de los intentos de Israel de dividirlxs y doblegar su espíritu. Los primeros días de la revuelta fueron liderados por lxs palestinxs del 48, lxs de los territorios ocupados en 1948. A veces también se les llama “árabes israelíes” y tienen la ciudadanía israelí. Las protestas se llevaron a cabo en muchas ciudades árabes y mixtas a lo largo de la llamada Israel, hablaré especialmente de Haifa, la ciudad en la que vivo y desde la que soy testigo de los acontecimientos a medida que se desarrollan.

Este artículo se divide en varias partes. Es crucial para mí exponer algunos antecedentes, así como también contar algo sobre la historia de la Palestina del 48 y la resistencia que ha existido al apartheid y la ocupación israelíes, para poner en contexto la situación actual. Solo puedo hacer un breve resumen, no soy un experto ni un historiador y ya existe suficiente material sobre el tema. Para entender el problema palestino, recomiendo encarecidamente el libro La Limpieza Étnica de Palestina de Ilan Pappé, un excelente informe sobre la Nakba de 1948 y cómo surgió el estado sionista. Después de exponer el trasfondo de lo que está ocurriendo, presento informes sobre los hechos ocurridos en mi ciudad, Haifa, así como en otros puntos de resistencia, contados por testigos presenciales, así como sobre la contrainsurgencia fascista, la represión y otros sucesos importantes que han tenido lugar durante este mes. Para concluir, compartiré algunas reflexiones sobre la situación actual. Al final: ¡una guía sobre el fascismo israelí! ¡Cosas divertidas! Quedaros.

Antecedentes

El mejor punto de partida para comenzar a hablar sobre la Palestina del 48 y Palestina en general es la Nakba (“catástrofe” en árabe), en la que milicias de ocupación sionistas invadieron tierras palestinas en 1948, destruyeron pueblos, masacraron a la población local y provocaron expulsiones y desplazamientos masivos, que causaron una de las mayores crisis de refugiadxs de la historia. Aproximadamente 700.000 personas tuvieron que abandonar su tierra y nunca pudieron regresar. Muchxs de ellxs todavía aspiran a regresar a su tierra natal o a la de sus antepasadxs. No muy lejos de donde vivo en Haifa, en una carretera que va del barrio de Hadar al centro de la ciudad, comenzó el ataque contra la Haifa árabe. Lxs militantes sionistas arrojaron bombas de barril por la carretera para bombardear barrios árabes. La escarpada geografía de la ciudad era una ventaja para ellxs, ya que desde lo alto de las colinas podían atacar los barrios árabes que se situaban bajo estas.

Sólo recientemente, al comenzar a conocer realmente la historia no contada de esta ciudad, es cuando he podido descubrir todas las historias de terror. En el adoctrinamiento sionista que se recibe en la escuela, solo se enseñan las valientes “guerras de liberación” en las que los hombres judíos lucharon contra el terror; a veces incluso te enseñan que esta tierra estaba completamente vacía. Descubrí la masacre ocurrida en la refinería de petróleo, después de que Palmah, una milicia sionista, arrojara una bomba contra una reunión de trabajadores árabes que se celebraba al aire libre, matando a seis personas e hiriendo a 42, tras este ataque, los trabajadores irrumpieron en el edificio y mataron a 39 de sus compañeros judíos. Haifa siempre fue una ciudad de clase trabajadora con una fuerte solidaridad obrera, incluso en los momentos más difíciles, y esta agresión dañó gravemente esa relación. En un acto de venganza, lxs militantes de Palmah invadieron pueblos cercanos — Balad al-Sheikh y Hawasa — y masacraron a más de 60 personas. Descubrí el bombardeo y el terror sionista en los barrios árabes, especialmente en Wadi Salib, Wadi Nisnas, Halisa y en todo el centro de la ciudad. Descubrí que cuando la gente se reunía en el puerto para evacuar la ciudad, las milicias sionistas, apostadas en las laderas que dominaban la multitud, bombardeaban el área, provocando el pánico y el caos, para asegurarse de que la gente que se marchaba se lo pensara dos veces antes de volver.

Cerca de 61.000 palestinxs abandonaron la ciudad. Algunxs se fueron temporalmente, con la esperanza de regresar cuando la situación se hubiera calmado, solo para darse cuenta de que había nuevas fronteras y que nunca podrían regresar a sus hogares. Lxs 4.000 palestinxs que pudieron permanecer en Haifa, a pesar de la campaña de limpieza étnica, se concentraron en el barrio de Wadi Nisnas, barrio palestino de Haifa hasta el día de hoy. Esta guetización fue necesaria para establecer la ciudad judía.

La Ley de Propiedad de Ausentes, una de las primeras leyes del recién nacido estado, permitió a este declarar propiedad estatal la tierra y los hogares de lxs refugiadxs que huyeron a países “hostiles” cercanos, y muchos de esos barrios fueron ocupados por nuevxs inmigrantes judíxs—como Wadi Salib en Haifa, que se pobló con judíxs marroquíes. En los primeros años del estado, se impuso la ley marcial a la población palestina que sobrevivió a la Nakba. El gobierno militar permitió al estado imponer toques de queda, confiscar propiedades, demoler edificios, expulsar a residentes, expropiar sus tierras y restringir su movimiento. La idea era colonizar tanta tierra como fuera posible, maximizando los asentamientos judíos y restringiendo los de lxs palestinxs. La ley marcial terminó en 1966, y un año después, en 1967, Israel ocupó Cisjordania, la Franja de Gaza, los Altos del Golán y la Península del Sinaí. Cisjordania y la Franja de Gaza, a diferencia de los territorios ocupados en 1948, nunca se convirtieron oficialmente en parte de Israel, y se suponía que su ocupación sería “temporal” hasta que se llegara a un futuro acuerdo entre Israel y representantes palestinxs. En estos territorios se estableció un gobierno militar y se construyeron infinidad de asentamientos judíos, algunos de ellos poblados por lxs extremistas más racistas de la extrema derecha israelí.

La historia de resistencia de lxs palestinxs del 48 se caracteriza por la conmemoración anual de eventos que simbolizan momentos de valor y resistencia colectiva palestina. Además del día de la Nakba, que se celebra cada año el 15 de mayo, una de estas conmemoraciones es el Día de la Tierra. El 30 de marzo de 1976, lxs palestinxs de Galilea y el Negev se levantaron contra un plan de expropiación de tierras por parte de Israel, destinado a promover la judaización de Galilea y robar tierras a lxs palestinxs. Se anunció una huelga general y se produjeron disturbios en muchos pueblos y aldeas de la Palestina del 48 y el 67. La policía no pudo gestionar los acontecimientos y el ejército entró. Murieron seis manifestantes, tres de ellos en la ciudad de Sakhnin. Desde entonces, los sucesos se conmemoran anualmente con marchas y actos en toda Palestina.

Otra secuencia importante en la historia de la resistencia popular se conoce como los acontecimientos de octubre de 2000. Durante la segunda intifada, las protestas que comenzaron en Umm al-Fahm se extendieron a muchas ciudades de todo el país, con disturbios masivos y feroces combates contra las fuerzas policiales. En Wadi Arra, Nazaret, Haifa, Jaffa, Galilea, Negev y muchos otros pueblos y ciudades árabes y mixtos, lxs manifestantes bloquearon carreteras, arrojaron cócteles Molotov y piedras y atacaron comisarías de policía. Esa fue una de las muchas veces, en las que lxs palestinxs mostraron unidad, con lxs palestinxs del 48 y el 67 luchando juntxs, como un solo pueblo, a pesar de todos los intentos de israelización y división. Pero también hubo una movilización masiva como reacción. Multitud de judíxs israelíes provocaron disturbios en ciudades judías y mixtas, atacando a palestinxs y a sus negocios. Doce palestinxs y un judío israelí murieron durante estos acontecimientos. A pesar de las investigaciones, nadie fue castigado por los asesinatos y se cerraron todos los casos contra lxs agentes de policía sospechosxs de los homicidios.

Después de octubre de 2000, muchxs de lxs jóvenes de la Palestina del 48 recurrieron a la delincuencia y empezaron a aparecer armas en las aldeas, pueblos y barrios árabes. La cuestión de la actividad delictiva es muy dolorosa y destructiva en Palestina; está literalmente matando a la sociedad desde dentro. En 2020, 113 palestinxs murieron en actividades relacionadas con bandas; las organizaciones criminales se han apoderado literalmente de ciudades y pueblos. Hace apenas unos meses, hubo protestas contra la violencia en las ciudades árabes, y algunas de ellas fueron atacadas por la policía. Hay una gran cantidad de armas en las ciudades palestinas y parece que el estado está completamente feliz por ello. Intervendrán tan pronto como lxs judíxs sean amenazadxs y lo convertirán en un caso de terrorismo, pero, mientras tanto, permiten que lxs árabes se maten entre sí. Muchxs jóvenes sin futuro y sin ningún lugar adonde ir están recurriendo al crimen, y el estilo de vida criminal se ha convertido en una especie de subcultura. El tema de las armas jugará un papel importante en el levantamiento actual.

Este año, en Jaffa, el 18 de abril de 2021, un rabino y el director de una ieshivá judía (centro de estudios de la Torá y del Talmud) fueron atacados por palestinxs locales. Esta ieshivá es lo que se conoce en Israel como “núcleo de la Torá”—son grupos de colonxs y activistas de derechas, por lo general de Cisjordania, que vienen a los barrios palestinos y ciudades mixtas para establecer sinagogas y ieshivá y construir comunidades judías como parte de la campaña de colonización y judaización de la zona. Es importante mencionar que la ieshivá se construyó en Ajami, uno de los últimos barrios palestinos que quedan en Jaffa. La historia de lxs palestinxs en Jaffa, como en cualquier otro lugar de Palestina, es una historia de despojo y exclusión, y en Jaffa, esto se combinó con la gentrificación y el crimen. Los medios de comunicación presentaron el suceso como un ataque sin sentido contra un rabino judío; estallaron disturbios en los que lxs palestinxs locales atacaron a la policía y defendieron sus barrios.

Para comprender el estallido actual, unx debe comprender la importancia de Jerusalén para la conciencia colectiva palestina. La ciudad es un importante bastión de resistencia, considerado como un lugar que hay que defender a toda costa. En Jerusalem se han producido muchos levantamientos masivos, incluida la segunda intifada, que estalló después de que Ariel Sharon, entonces ministro de Defensa, visitara el complejo de Al-Aqsa, lo que fue considerado una grave provocación.

Entender Jerusalén es entender gran parte de la mentalidad sionista y de la resistencia palestina. Después de la ocupación de 1948, la ciudad se dividió en la parte oeste, bajo control israelí, y la parte este, bajo control jordano. Después de la ocupación de 1967, la ciudad se “reunificó” y lxs palestinxs recibieron la residencia permanente. La “reunificación” de Jerusalén se celebra anualmente en Israel; la fecha hebrea de la ocupación es considerada fiesta nacional, y está marcada por un “desfile de banderas” en el que muchxs israelíes marchan desde el centro de la ciudad y lxs participantes de derechas entran en el barrio musulmán de la ciudad vieja, totalmente protegidxs por la policía, ondeando banderas y gritando consignas racistas.

Jerusalén es un laboratorio para el apartheid y el asentamiento de colonxs. Los barrios palestinos de la parte este de la ciudad están completamente descuidados. Los campos de refugiadxs, habitados por quienes huyeron en 1948 y tienen prohibido regresar a sus hogares, están rodeados por muros y ubicados cerca de barrios árabes pobres y asentamientos judíos. Son guetos densamente poblados y asolados por la pobreza; algunas partes ni siquiera disponen de sistema de alcantarillado. Los permisos de construcción casi nunca se otorgan a lxs árabes, por lo que la mayor parte de la construcción es ilegal. En medio de todo esto, hay colonxs israelíes racistas con un plan claro para judaizar el este de Jerusalén y hacer que sea como el oeste.

El complejo de Al-Aqsa, o Monte del Templo, es una de las regiones más explosivas del mundo. La mezquita, uno de los lugares más sagrados del Islam, es un bastión de la resistencia, un símbolo nacional y un área de tensión étnica. Después de que la policía israelí decidiera establecer barreras en Bab al’Amud, una de las entradas, y restringir el número de fieles a 10.000, estallaron los disturbios, y muchxs de lxs manifestantes atacaron a la policía, incendiaron calles y dañaron cámaras de seguridad. Las barreras fueron finalmente retiradas. Al mismo tiempo, unxs cuantxs palestinxs subieron a TikTok vídeos de carácter nacionalista, en los que aparecían atacando a lxs judíxs de la ciudad, y se organizaron grupos de extrema derecha para atacar a lxs palestinxs en el mercado y el centro de la ciudad. Lehava, una organización fascista de extrema derecha, encabezó una marcha racista desde el centro de la ciudad hasta Bab al’Amud, cantando “Muerte a lxs árabes” y fueron bloqueadxs por la policía cerca de su destino. Policías antidisturbios entraron en la mezquita de Al-Aqsa el 9 y 10 de mayo, y en los intensos disturbios que estallaron, al menos 12 policías y más de 215 personas resultaron heridas.

En Sheikh Jarrah, un barrio palestino de Jerusalén este, lxs colonxs israelíes han estado tratando de judaizar el área y desalojar a lxs palestinxs durante más de una década. Existen asentamientos de extremistas judíxs en otros barrios palestinos de Jerusalén este, como Silwan y Abu Tor, que están completamente protegidos por la policía israelí y matones armados. Las organizaciones religiosas y nacionalistas de colonxs, respaldadas por donantes adineradxs del extranjero, principalmente judíxs estadounidenses, están librando batallas legales contra las comunidades y propiedades palestinas a través del sistema judicial israelí.

Sheikh Jarrah es un barrio muy antiguo de Jerusalén, que data del siglo XII. Durante la década de 1950, mientras el área estaba bajo el control de Jordania, el gobierno jordano alojó allí a refugiadxs palestinxs que habían huido de la ocupación de 1948 y la Nakba. La disputa actual comenzó en 2001, cuando colonxs israelíes irrumpieron en una sección sellada de la casa de la familia Al-Kurd y se negaron a irse, argumentando que la casa había sido propiedad de judíxs. El Tribunal de Distrito de Jerusalén falló a su favor. El fallo de la corte se basó en una factura de venta de la era otomana, cuya autenticidad fue impugnada en 2009 alegando que el edificio sólo había sido alquilado al Comité de la Comunidad Sefardí, el grupo judío que supuestamente poseía la propiedad. Es más, las familias palestinas y sus partidarixs sostuvieron que los documentos otomanos que la Corte Suprema de Israel había validado eran en realidad falsificaciones. Los Al-Kurd fueron desalojados en 2008.

En agosto de 2009, las familias al-Hanoun y al-Ghawi fueron desalojadas de dos casas en Sheikh Jarrah y familias judías se mudaron allí, basándose en un fallo de la Corte Suprema que afirmaba que la propiedad era de lxs judíxs. Esto provocó la indignación de todo el mundo. Durante 2010, activistas de izquierda israelíes y palestinxs locales llevaron a cabo manifestaciones semanales en el barrio. La reacción global y la lucha pudieron evitar más desalojos hasta 2017, momento en el que otra familia palestina fue desalojada—la familia Shamasna. Durante el final de 2020 y principios de 2021, los tribunales israelíes dictaminaron que ocho familias, aproximadamente 500 personas, deben ser desalojadas. El veredicto ha sido recurrido y la audiencia judicial se ha pospuesto varias veces debido a la presión internacional y a los disturbios que se están produciendo en el barrio.

El terreno para la insurrección estaba abonado.

Cronología de la Revuelta

Esta línea de tiempo se concentrará principalmente en los sucesos acaecidos en Haifa, pero mencionará otros sucesos importantes que han tenido lugar en otras ciudades, incluidas Jerusalén / Al-Quds, Lydd, Akko, Jaffa y Ramle y que fueron fundamentales para el levantamiento actual. Faltarán algunos, no soy periodista; y puede que esto no sea perfecto, pero estos son los sucesos tal y como los he vivido. Mientras escribo esto, la situación se ha “calmado”, pero los acontecimientos siguen produciéndose, Gaza es un infierno, lxs fascistas siguen atacando a la gente en pequeños grupos y las campañas de represión estatal continúan.

9 de Mayo

Mientras me acercaba a la Colonia Alemana, ya se había reunido una gran multitud para protestar por la última invasión de Al-Aqsa y los desalojos previstos en Sheikh Jarrah. La Colonia Alemana es un gran barrio en el centro de la ciudad, en las proximidades de Wadi Nisnas, que recibió su nombre por haber sido un asentamiento de templarios alemanes durante el Imperio Otomano en el siglo XIX. Se convirtió en una especie de centro bohemio para muchxs jóvenes palestinxs del norte de Israel, con muchos restaurantes, cafés y clubes. La calle principal, que solía llamarse Carmel Boulevard y ahora se llama “Ben Gurion” Boulevard, conduce al templo Bahai, y la plaza que se sitúa en el medio, conocida por lxs palestinxs como plaza Ha’asir, es un sitio habitual de concentración para manifestaciones pro-Palestina. El Hirak, que literalmente significa “movimiento” en árabe, es un grupo descentralizado de células locales que se asemeja al modelo de los grupos de afinidad. Diferentes grupos de Hirak están activos en muchas ciudades y se coordinan entre sí. Hirak Haifa llamó a la gente a reunirse a las 8 pm y unos cientos de personas respondieron a la llamada.

Mientras nos movíamos de la plaza a la carretera, para bloquearla, la policía se apresuró al frente para establecer un cordón que impidiera nuestra marcha. La gente se dio la vuelta y comenzó a marchar hacia el otro lado, lo que hizo que la policía también corriera hacia el otro lado, y luego la gente se volvió rápidamente y comenzó a marchar en la dirección inicialmente prevista. Al final, la policía estableció cordones en ambos lados para encapsular a lxs manifestantes. Lxs Shabab eran claramente visibles—la juventud palestina, conocida como la resistencia más militante. El ambiente era muy tenso; la gente se paró frente al cordón policial, ondeando banderas y cantando canciones. Algunxs manifestantes intentaron atravesar la línea policial y fueron arrestadxs violentamente. La situación se volvió aún más tensa cuando la gente comenzó a insultar a la policía y a señalarles con el dedo. Entonces se volvió caótica.

Mientras se disparaban granadas aturdidoras directamente contra la multitud y la gente corría para ponerse a cubierto, el sonido de los bombardeos se podía escuchar a kilómetros de distancia. Los patios de los restaurantes se convirtieron en un lugar de refugio, y se arrojaron piedras y botellas vacías a la policía. Se prendió fuego a un contenedor de basura. Quince personas fueron arrestadas ese día. Para mí, era zona de guerra, pero era solo una muestra de lo que vendría en los días siguientes.

Al mismo tiempo, en Nazaret, se estaba llevando a cabo una protesta similar frente a una comisaría de policía. Se quemaron neumáticos para que sirvieran de barricadas y los enfrentamientos con la policía provocaron algunos arrestos.

10 de Mayo

Ese día llegué tarde a la Colonia Alemana, cuando los enfrentamientos estaban terminando, pero vi al Shabab tomar el Carmel Boulevard, arrojar piedras y poner barricadas en llamas en las calles cercanas. Ya se habían realizado quince arrestos. Al mismo tiempo supe que, en todo el país, la situación se había agravado, comenzando a parecerse a un levantamiento popular de masas.

Era el día de Jerusalén, la fiesta nacional que celebra la ocupación de la parte este de la ciudad en 1967 y la llamada “reunificación” de la ciudad, y se suponía que el desfile anual de banderas marcharía desde el centro de la ciudad en el oeste, a través del casco antiguo en el este, mientras se desarrollaban los disturbios en Bab al’Amud y Sheikh Jarrah, y la invasión policial de Al-Aqsa. La ciudad explotó por completo. Cientos de personas iniciaron revueltas en el complejo Al-Aqsa. Hubo intentos de linchamiento (en esta región, la palabra “linchamiento” describe a un grupo de personas que golpea a otra, a veces matándola, otras hiriéndola gravemente). Alrededor de las 5 de la tarde, Hamas anunció desde Gaza que Israel tenía una hora para desalojar a todxs lxs policías de Al-Aqsa y Sheikh Jarrah. Cuando pasó la hora, a las 6:02 pm, se escucharon sirenas en Jerusalén y se dispararon cohetes desde Gaza hacia la ciudad. Lxs participantes en el desfile de banderas corrieron a protegerse. La policía, a diferencia de los últimos años, anunció que la entrada a la ciudad vieja estaba prohibida y bloqueó a lxs manifestantes que intentaban entrar.

En respuesta al lanzamiento de cohetes, Israel anunció una operación militar en Gaza y aviones militares comenzaron a bombardear la Franja de Gaza, causando destrucción masiva, muertes y desplazamiento. Hamas, a cambio, lanzó cohetes contra otras ciudades israelíes, causando principalmente daños a edificios, pero también algunas muertes.

En Lod, también conocida entre lxs palestinxs como Al-Lydd, una ciudad no muy lejos de Tel Aviv, históricamente palestina, ahora mixta en el centro, la situación alcanzó la escala de disturbios étnicos en toda regla. Lxs palestinxs prendieron fuego a automóviles, sinagogas, edificios municipales y una escuela de instrucción militar. Durante los disturbios, un residente judío mató a tiros a un palestino. También se produjeron disturbios fuera del hospital. En la cercana Ramle también se quemaron sinagogas y un cementerio, se saquearon tiendas y se lanzaron piedras y fuegos artificiales contra policías y personas al azar. Si bien es muy difícil justificar algunas de las acciones del Shabab, que por desgracia tuvieron un carácter claramente nacionalista y religioso, es importante mencionar que muchas de las sinagogas que resultaron dañadas al principio pertenecían a células del núcleo derechista de la Torá, que tienen la clara misión de judaizar ciudades mixtas. También es importante comprender el contexto en las ciudades de Lydd y Ramle, y lo guetizadas que están allí las comunidades palestinas segregadas.

También se produjeron disturbios en Jaffa, con manifestantes que arrojaron piedras y dispararon fuegos artificiales a la policía, y por todo el norte, en Galilea y el Negev. Más de 100 personas fueron arrestadas y las comisarías fueron incendiadas.

11 de Mayo

Comenzó la reacción fascista. Mientras activistas de izquierda judíxs y árabes se reunían en la plaza de la UNESCO en la Colonia Alemana que conducía al templo de Bahai, para realizar una manifestación no violenta en favor de la paz, manifestantes de extrema derecha se reunieron frente a ellxs gritando “¡Muerte a lxs árabes!” y acusándolxs de traidorxs. La policía separó a los dos grupos. Calle abajo, en la plaza Ha’asir, lxs palestinos ya se habían reunido y la tensión era alta. Un joven del Shabab se subió al poste de una farola para izar una bandera palestina. La policía antidisturbios trajo caballos y un cañón de agua para hacer frente a lxs manifestantes. Las granadas aturdidoras, como de costumbre, salieron de la nada y el barrio se convirtió en una zona de guerra.

Algunos restaurantes y comercios de la zona abrieron sus puertas en solidaridad con las personas que huían de la policía. El Shabab luchó valientemente contra la policía esa noche. Se quemaron decenas de contenedores, se cerraron las calles con barricadas y durante varias horas la policía perdió el control. La calle Allenby, que conduce a Wadi Nisnas, estaba literalmente en llamas. El propio Wadi Nisnas estaba completamente rodeado de barricadas, y lxs jóvenes del Shabab estaban en la plaza que conducía a la Colonia Alemana, protegiéndose contra la invasión policial. Parecía un territorio liberado, una zona autónoma temporal, en la que el estado tenía que retirarse, aunque sólo fuera durante la noche. Definitivamente las nubes de gas lacrimógeno se hicieron sentir, pero la gente mantuvo su posición.

La calle Allenby que va de la Colonia Alemana a Wadi Nisnas, el 11 de mayo.

En la principal calle de la Colonia Alemana, la policía permitió que lxs fascistas de derechas, fuertemente protegidxs, desfilaran gritando insultos racistas. En el video que documenta el incidente, se muestra a la policía persiguiendo a un manifestante e irrumpiendo violentamente en una casa en una calle cercana.

En Lydd, durante el funeral del palestino asesinado el día anterior por un residente judío, continuaron los disturbios y un policía resultó herido por el impacto de una piedra que le arrojaron. Más automóviles y sinagogas resultaron dañadxs, y algunxs residentes judíxs fueron evacuadxs por temor a la violencia. La patrulla fronteriza entró en la ciudad y se habló de traer al ejército. Se declaró una emergencia civil, dando más autoridad a la policía y las agencias de seguridad.

Policía antidisturbios israelí en Lydd.

Manifestantes de derechas llegaron a la ciudad. En Ramle, lxs palestinxs quemaron partes del mercado local. Al mismo tiempo, los grupos fascistas se movilizaron para venir a la ciudad, con figuras destacadas como Itamar Ben-Gvir y la organización kahanista de extrema derecha Lehava (para una explicación del kahanismo, ver el apéndice). Lxs fascistas atacaron a personas sospechosas de ser árabes, lincharon a un conductor árabe, arrojaron piedras a coches árabes e intentaron entrar en un barrio palestino. En Akko, lxs palestinxs causaron disturbios en la ciudad vieja, quemando negocios locales y una comisaría de policía.

12 de Mayo

Lxs fascistas se reunieron en Kiryat Eliezer, un barrio mayoritariamente judío cerca de la Colonia Alemana, para marchar hacia Wadi Nisnas y atacar a lxs palestinxs. Acudieron allí como parte de una movilización anti-palestina a nivel nacional. Aparecieron grupos de extrema derecha en Telegram y WhatsApp, instando a la gente a traer puños americanos, cuchillos, bates de béisbol y otras “armas blancas”, y prepararse para la batalla. Se hizo un llamamiento para que la gente se reuniera en Wadi Nisnas para ayudar a defender el barrio, y lxs jóvenes se reunieron en sus entradas desde primera hora de la tarde. La policía impidió que lxs fascistas llegaran a Wadi Nisnas, pero en su camino causaron daños a negocios propiedad de árabes, atacaron a conductores y transeúntes palestinxs, dañaron coches, arrojaron piedras a casas árabes y gritaron insultos racistas. La policía atacó a las personas reunidas en Wadi Nisnas con gases lacrimógenos y granadas aturdidoras. Me fue imposible entrar en el barrio, ya que llegué demasiado tarde y toda la zona estaba completamente bloqueada por la policía antidisturbios. Los enfrentamientos, como se había convertido en un hecho cotidiano, también estallaron en la Colonia Alemana.

En Bat Yam, un grupo fascista que intentó llegar a Jaffa provocó disturbios, rompió las ventanas de un negocio propiedad de un árabe y linchó brutalmente a un conductor árabe, hecho que fue captado en directo por televisión.

En Lydd, se anunció un toque de queda a partir de las 8 pm; a nadie se le permitió entrar a la ciudad ni salir de su casa. A pesar de esto, un gran número de grupos de extrema derecha, muchos de ellos de colonxs de Cisjordania, llegaron a la ciudad y se les permitió caminar libremente y atacar a lxs palestinxs. Lxs palestinxs que se reunieron en la mezquita local fueron atacadxs por la policía antidisturbios, la patrulla fronteriza y lxs fascistas. Se informó de tiroteos durante la noche entre colonxs y palestinxs.

Un policía recibió un disparo y resultó herido en Ramle. También se reportaron grupos y ataques fascistas antiárabes en Hadera, Natanya y otras ciudades judías. Tres israelíes fueron linchadxs por palestinxs en Akko.

Un coche de policía en llamas en Haifa.

13 de Mayo

Grupos del Shabab en la Colonia Alemana, el centro de Wadi Nisnas y Hadar arrojaron piedras y cócteles molotov, destrozaron bancos y negocios, montaron barricadas, lucharon contra la policía y dañaron postes de alumbrado público, semáforos y autobuses. Una anciana israelí resultó herida por las piedras arrojadas contra un autobús. Al mismo tiempo, la gente se reunía a diario en el juzgado para esperar la liberación de lxs detenidxs.

En Lydd, el toque de queda continuó una noche más, y se produjeron peleas callejeras entre policías, palestinxs y grupos fascistas. Lxs colonxs incendiaron una tienda árabe, mientras que lxs palestinxs incendiaron un camión y un centro comunitario. Un israelí fue apuñalado. Se informó de tiroteos entre palestinxs y colonxs. Los disturbios también continuaron en Ramle.


Estos pueden considerarse los días más importantes en el desarrollo de los acontecimientos. Durante los siguientes días, los disturbios en gran medida se extinguieron. Las protestas y los ataques continuaron a menor escala. La atención se centró principalmente en los cohetes que volaban hacia las ciudades israelíes y en la masacre de Gaza. Me he referido a los principales sucesos ocurridos en la Palestina del 48, pero apenas he mencionado el Negev y Galilea, que también resistieron valientemente al estado, el levantamiento paralelo en Cisjordania y las protestas de lxs refugiadxs palestinxs en las fronteras israelíes del Líbano y Jordania y en las embajadas y consulados de todo el mundo.

Los siguientes días se caracterizaron por una fuerte represión, llevada a cabo por la policía y el infame Shin Bet, la agencia de seguridad israelí. La policía realizó redadas en las casas buscando cualquier persona involucrada en disturbios o incluso en protestas organizadas. Hicieron redadas en las casas de miembrxs del Hirak de Haifa y llevaron a cabo arrestos, mientras la gente pensaba en cómo conmemorar el próximo día de la Nakba el 15 de mayo.

El día de la Nakba tuvo lugar una gran protesta en Sakhnin, que terminó pacíficamente. Los grupos fascistas también continuaron, pero después de este momento, todos pasaron a la clandestinidad. Algunas casas árabes en Haifa estaban marcadas, lo que provocó que algunxs residentes abandonaran la ciudad atemorizadxs. Para algunxs, esto recordaba las prácticas realizadas durante la Nakba—causando miedo y pánico entre la población autóctona para obligarlxs a irse.

14 de Mayo

Lxs palestinxs estaban formando comités de autodefensa autónomos. De una declaración publicada en Facebook por Khulud Khamis, un palestino de Haifa:

Esta mañana (viernes 14 de mayo de 2021) me he despertado con la noticia de que 38 jóvenes palestinxs fueron arrestadxs durante la noche en Haifa. Algunxs de ellxs eran menores, que fueron interrogadxs sin el acompañamiento de sus padres, mientras que a otrxs con lesiones se les negó la atención médica. Lxs abogadxs de Adalah, el Centro Legal para los Derechos de las Minorías Árabes en Israel, habían estado esperando toda la noche para reunirse con ellxs, pero a partir de esa mañana se les negó la oportunidad de ofrecerles asistencia legal.

Estos últimos días en Haifa han sido casi surrealistas. Nunca había sido testigo de sucesos así en mi amada ciudad. Por segunda noche consecutiva, unxs 200 colonxs extremistas judíxs, que se hacen llamar “El Ejército de lxs Ciudadanxs”, han asaltado los barrios palestinos de Haifa. Muchxs de ellxs tenían formación militar, estaban muy organizadxs, y portaban bates y otras armas. Por la tarde, pequeños grupos han sido vistos entrando en los edificios y marcando las puertas de lxs residentes palestinxs con un rotulador rojo. Han destrozado decenas de coches, han atacado a palestinxs en las calles y han intentado irrumpir en las casas de lxs palestinxs. Se han llevado a cabo ataques similares en otras ciudades mixtas, como Lydd, Akka y Jerusalén.

Representantes de barrios y comunidades palestinxs se reunieron ayer para discutir tácticas de protección, porque hemos visto cómo la policía no solo no ha intervenido para detener estos ataques, sino que los ha habilitado y respaldado. En lugar de detener los ataques de lxs colonxs, la policía atacó a manifestantes palestinxs cuyo único delito fue defender sus hogares.

Después de la primera noche, en la que fuimos testigos de la falta de acción policial, algunxs aliadxs israelíes se reunieron tanto con el alcalde de Haifa como con la policía. Básicamente les dijeron que no podían hacer nada.

No estamos protegidxs en nuestros hogares, pueblos y ciudades, la violencia solo está aumentando, Gaza está siendo atacada, niñxs, mujeres y hombres están siendo asesinadxs, lxs residentes de Sheikh Jarrah todavía se enfrentan a la expulsión forzada y el mundo permanece en silencio haciendo la vista gorda ante estos hechos.

Por supuesto, los medios israelíes están presentando con éxito a lxs ciudadanxs palestinxs como lxs instigadores y alborotadorxs en esta ecuación, mientras ignoran casi por completo los ataques de lxs colonxs extremistas. Esto solo juega a favor de Netanyahu, quien en repetidas ocasiones no ha logrado formar un gobierno después de las cuatro elecciones celebradas durante el último año y medio. Tal y como está la situación en este momento, tiene una vez más una gran posibilidad de formar un gobierno.

Lxs ciudadanxs palestinxs en Yaffa, Akka, Haifa, Lydd y otros lugares están formando comités de autoprotección. Abogadxs, médicxs, psicólogxs y personas que patrullen nuestros barrios para protegernos de los atroces ataques que estamos presenciando estos últimos días (mi propio testimonio de lo que sucedió en Haifa está en mi anterior publicación.)

Pedimos una intervención internacional inmediata para detener esta locura. Nos han dejado a nuestra suerte, completamente desprotegidxs. Actuar ya.

Y como apunte más personal:

Amigxs que alzáis la voz, protestáis, actuáis, y resistís: vosotrxs estáis en el lado correcto de la justicia.

“Amigxs” que calláis: vuestro silencio es ensordecedor.

Y no te atrevas a preguntarme qué puedes hacer ni a decirme que te sientes impotente y no hay nada que puedas hacer. Siempre hay algo que puedes hacer. Si ignoras lo que está sucediendo, infórmate y comienza a tomar medidas. Eso es cosa tuya. No puedes decir que no lo sabías.

18 de Mayo

Se anunció una huelga general en la Palestina del 48. En Haifa, durante el día, se llevaron a cabo muchos actos en Wadi Nisnas para celebrar la cultura palestina, incluyendo canciones, espectáculos en directo, dibujos y actividades para niñxs. A las 6 de la tarde se convocó una protesta en Hadar, en la carretera que conduce a Wadi Nisnas. La policía antidisturbios llegó preparada. Cuando la gente comenzó a marchar, la policía bloqueó rápidamente la carretera, impidiéndoles marchar. La gente cantaba canciones y celebraba en la calle. A pesar de la tensión, la reunión terminó pacíficamente.

La huelga general en Haifa, el 18 de mayo.

Por la noche, un palestino cerca de la Colonia Alemana informó que racistas de derechas habían marcado su edificio, arrojado piedras y cócteles molotov, gritado insultos racistas y luego se habían escapado.

En Jerusalén, durante una manifestación en apoyo a la huelga general, la policía atacó a personas en Bab Al’Amud y se produjeron disturbios en Sheikh Jarrah.

19 de Mayo

En Umm al-Fahm, Mohammad Kiwan, un palestino de 17 años, herido durante las protestas de la semana anterior, fue declarado muerto. Los disturbios estallaron a la entrada de la ciudad.

Muhammad Kiwan, de 17 años, murió de heridas de bala que, según dijo, fueron infligidas por agentes de policía.

20-23 de Mayo

El 21 de mayo, se anunció un alto el fuego entre Israel y Hamas, poniendo fin a doce días de operaciones militares en Gaza y lanzamiento de cohetes. Durante los disturbios en Jerusalén, la policía volvió a entrar en el complejo de Al-Aqsa, repitiendo la provocación que había agravado la situación en sus inicios.

El estado inició una intensa campaña opresiva destinada a aterrorizar a quienes se atrevieran a resistir. Aproximadamente 2.000 personas fueron arrestadas. La noche del 23 de mayo, la policía israelí anunció la operación “Ley y orden”, con el objetivo de arrestar a 500 personas en 48 horas, además de las aproximadamente 1.500 personas que ya habían sido arrestadas. En redadas realizadas por todo el país, las personas fueron arrestadas con cargos que iban desde señalar con el dedo a un policía1 y publicaciones online, hasta disturbios. Los arrestos continúan hoy en día.


La Juventud Avanza

Lxs palestinxs se sienten traicionadxs y abandonadxs por el mundo. La gente solo lxs recuerda cuando hay una campaña genocida en curso, e incluso entonces, todo el mundo está ocupado hablando de lo “complicada” que es la situación. No estoy seguro de si tienen alguien en quien confiar, incluidxs su propixs “líderes”.

Lxs Shabab, lxs jóvenes que luchan en las calles, lxs niñxs que levantan barricadas contra la policía y prenden fuego a los contenedores de basura, están completamente alejadxs de cualquier forma de fuerza política; trabajan en pequeños grupos informales, y a muchxs de ellxs les importa una mierda la política. Vienen de los confines de la sociedad palestina del 48, consecuencia directa del intento sionista de reducir esta sociedad al caos interno. Son gánsteres, narcotraficantes, forajidxs de todo tipo, jóvenes sin futuro de los pueblos, ciudades y barrios más pobres de Palestina, el lumpenproletariado y—lo más importante—son completamente incontrolables. La política tradicional de organizaciones, partidos políticos, líderes religiosos respetables y ONG no significa nada para ellxs.

La nueva generación en Palestina no tiene nada que perder. Incluso según el infame Shin Bet de Israel, son realmente ingobernables. Siempre que una revuelta o un levantamiento se descontrola, las autoridades y los organismos de seguridad buscan adultos “responsables”, “líderes comunitarixs” respetadxs que pacifiquen la situación. Pero cuando inviertes tanto poder en romper una sociedad desde dentro hasta este punto, creas un enemigo con el que no puedes negociar, porque no te tiene ningún miedo, ni nada que esperar o en lo que confiar. No hay vuelta a la normalidad.

Y están siendo completamente vilipendiadxs. La maquinaria de propaganda mediática lxs trata como meros criminales, terroristas, salvajes, pogromistas sedientxs de sangre, y no consiguen que se oiga su voz. Los disturbios se presentan como simples estallidos de violenta ira de algunxs alborotadorxs, con la idea de que nuestra fuerza policial, agencias de inteligencia y sistema penitenciario se encargarán de ellxs. Parece que todo el mundo ha decidido seguir empujándolxs lo más abajo posible, para barrerlxs debajo de la alfombra, para tratarlxs como merxs asesinxs monstruosxs hasta que llegue el próximo estallido. El apartheid sionista también es un sistema de clases, y a lxs que más odian son a lxs palestinxs pobres.

El levantamiento es también, por supuesto, una forma de lucha de clases, más allá del alcance habitual del conflicto étnico. Leí en alguna parte que, durante la primera intifada, en sus primeros días, muchxs de lxs jóvenes que se rebelaron en Gaza y más allá no eran muy políticxs y la mayoría de los ataques estaban dirigidos contra palestinxs más ricxs. Esto se remonta a la gran revuelta árabe de 1936, cuando muchos de los ataques incluían a lxs falahis, la población campesina de Palestina, actuando contra la élite urbana. Esta dimensión de la lucha de clases dentro de la sociedad palestina siempre se borra de la historia, a favor de un conflicto étnico más simplificado de árabes contra judíxs.

Esta lucha de clases siempre se deja de lado una vez que los grandes partidos, las facciones militaristas, logran tomar el mando; a la primera intifada, por ejemplo, le puso fin la Organización de Liberación de Palestina (OLP). Se transformó rápidamente de una lucha popular de masas a una oposición controlada de arriba hacia abajo en manos de unxs pocxs burócratas corruptxs. Como todxs sabemos, una vez que las milicias y lxs revolucionarixs profesionales toman el poder, el pueblo se convierte en espectador de su propia “liberación” y se pierde el atractivo popular de la resistencia de masas. La OLP y Fatah acabaron con la intifada para poner en marcha los acuerdos de Oslo, que dividieron Cisjordania en pequeños cantones e introdujeron la llamada Autoridad Palestina. Fatah se convirtió de facto en el brazo largo de Israel y la ocupación, gestionando el apartheid desde dentro. En mi opinión, un proceso similar (aunque no idéntico) está teniendo lugar ahora con Hamás.

Mientras redactaba esto, la atención se ha centrado completamente en los cohetes que golpean ciudades israelíes desde Gaza. Nueve personas en Israel murieron a causa de los cohetes de Hamas—incluidxs palestinxs, como en la aldea de Dahamash cerca de Ramle. Algunos cohetes de Hamas llegaron hasta Cisjordania. También llegaron cohetes del Líbano. Las protestas disminuyeron en gran medida y ya no vemos grandes disturbios. Unx no puede evitar sentir que Hamas y las facciones militaristas interrumpieron el nacimiento de un movimiento popular y de masas en las calles, en el interior de las ciudades de la ocupación, que podría haber sido capaz de crear un daño real a la estabilidad del estado.

Podemos ver claramente quién se beneficia de esto. La anarquía dentro de las ciudades israelíes ha terminado, e Israel puede vender la misma vieja historia al mundo sobre nosotrxs luchando contra terroristas yihadistas islamistas que están disparando cohetes contra nuestras ciudades. Es una historia mucho más conveniente y mucho más fácil de manejar. Quizás la estrategia de debilitar los frentes marxistas revolucionarios seculares de la década de 1980 y fortalecer a Hamas haya dado sus frutos. Las ideologías reaccionarias son más fáciles de controlar y, cuando sea necesario, pueden hacerse cargo de la lucha y acabar con los movimientos de masas.

En este sistema, todxs juegan su papel. La izquierda hace lo que históricamente siempre hace la izquierda en tiempos de convulsión social: tratar de pacificar la resistencia y absorber su energía para dirigirla hacia un terreno más “aceptable” (es decir, ineficaz). Las mismas viejas tácticas obsoletas, aburridas y predecibles manifestaciones, estúpidas acciones “no violentas” y charlas vacías sobre la “coexistencia” superficial, la paz y la democracia. Realmente no hay nada que esperar de lo que queda de la izquierda judía israelí, pero incluso los partidos políticos árabes han demostrado estar completamente desconectados de lo que está sucediendo en las calles.

El partido comunista “radical izquierdista” Hadash de la Lista Árabe Conjunta y el partido Ra’am entraron en la Knesset (el parlamento israelí) en las elecciones del 23 de marzo. Instaron a la gente a protestar legalmente y abstenerse de la violencia. No es de extrañar que lxs jóvenes estén completamente alejadxs de ellxs. Para lxs palestinxs del 48, los partidos árabes en la Knesset son lo mismo que Fatah y la Autoridad Palestina son para lxs palestinxs del 67 (Cisjordania): otra cara de la ocupación, vendidxs, colaboradorxs, gestorxs de conflictos, una herramienta de pacificación para el régimen. Al igual que Syriza en Grecia o Podemos en España, aparecen en movimientos de masas para apropiarse del lenguaje y la energía del pueblo rebelde para canalizarlo todo de vuelta a actuar dentro del sistema—y, por supuesto, cuando llegue el momento de la verdad, traicionarán completamente a la gente.

Casi se ha convertido en un cliché mencionar esto, pero el problema de lxs palestinxs no son solo lxs cabronxs de extrema derecha, sino el sionismo. Los grupos racistas israelíes son la consecuencia directa de un país establecido sobre raíces profundamente racistas—un proyecto de asentamiento de colonxs construido sobre las ruinas de pueblos y la expulsión de la población autóctona, de un estado supremacista judío—a expensas de todos los demás. Israel es probablemente uno de los peores ejemplos de estado-nación establecido como forma de resolver los problemas de las personas oprimidas. Es mucho más fácil para lxs israelíes sentirse disgustadxs por lxs alborotadorxs de extrema derecha que atacan a un/a palestinx, mientras que la campaña genocida de las FDI en Gaza (y mucho menos el nacimiento violento de este estado) no se cuestiona o es completamente aceptada. La FDI es el “ejército popular”, y está poniendo en práctica el programa de “Muerte a lxs árabes” de forma más eficiente de lo que podría hacerlo cualquier fascista de base.

En este momento, la Franja de Gaza está completamente en ruinas. Aviones militares arrojan bombas sobre clínicas, se derribó una torre de medios, se borran del mapa barrios enteros. La situación es insoportable. Mientras escribo esto, unas 250 personas han muerto y miles están desplazadas. Gaza ha estado sitiada desde 2007; era un infierno en la tierra antes de la masacre actual, la prisión a cielo abierto más grande de la tierra, y ahora ha llegado a una situación de catástrofe humana. Esto es sionismo tradicional, no extremistas radicales.

Últimamente escuchamos hablar mucho sobre la “coexistencia”, especialmente en ciudades mixtas como Haifa—sobre cómo los disturbios han dañado la “coexistencia” entre judíxs y árabes. Esto es un mito. Esta coexistencia es una forma codificada de describir la vida bajo la supremacía judía, lo que implica que lxs palestinxs deben guardar silencio y anularse a sí mismxs para encajar. La población israelí que celebró el “Día de la Independencia” apenas un mes antes, nunca verá eso como una provocación en una ciudad históricamente palestina que sufrió uno de los ataques más brutales durante la Nakba—pero si lxs palestinxs se atreven a demostrar que existen, lo pagarán con creces. La coexistencia es una operación de contrainsurgencia.

Es difícil predecir lo que sucederá a continuación. El Shabab luchó con valentía contra la policía y liberó algunos territorios, zonas autónomas temporales en las que, aunque fuera durante una noche, el estado no estuvo presente y se podía, más allá de nubes de gases lacrimógenos, caminar libremente e imaginar una realidad diferente. Pero no deben estar libres de críticas. Muchos de los ataques tuvieron un carácter nacionalista e hicieron algunas cosas que son difíciles de defender. Atacar sinagogas, autobuses y personas al azar no fue el mejor enfoque para esta situación. Lo que necesitamos desesperadamente ahora es una insurrección conjunta, una co-resistencia, que involucre a judíxs y árabes y a toda la gente de esta tierra, contra todas las autoridades que nos reprimen y nos impiden vernos como seres humanos. En los espacios de la revuelta, debemos crear territorios autónomos liberados en los que podamos construir nuevas formas de vernos a nosotrxs mismxs y al mundo que nos rodea—para reinventar la vida, compartiendo un espacio como iguales.

Desafortunadamente, por el momento, esto es una fantasía. Se ha derramado demasiada sangre para que las personas confíen las unas en las otras. Puedes sentir la tensión en todas partes—vivimos juntxs en esta ciudad, pero fronteras mentales invisibles nos dividen constantemente.

La situación en los llamados Estados Unidos me inspira. La rebelión de George Floyd fue una insurrección real y diversa. Lxs trabajadorxs blancxs y negrxs se encontraron en las calles y lucharon juntxs contra el sistema que lxs explota. Incluso he oído que el primero que prendió fuego a la comisaría de policía de Minneapolis era un tipo blanco. Esta es una gran mejora para un lugar como Estados Unidos, y las condiciones ahora están maduras para una revuelta multirracial de diferentes personas que luchan como una sola.

Así que supongo que todo es posible. Pero es difícil mantener la esperanza. Parece que nos queda un largo camino por recorrer. Aun así, algunas personas no están esperando. Se están formando conexiones cada segundo bajo la realidad cotidiana del apartheid, y las fronteras visibles e invisibles se están rompiendo mientras hablamos. También es importante señalar que no tenemos mucho tiempo— en vista de la crisis climática y el empeoramiento de la situación ecológica, las futuras intifadas se lucharán por recursos, agua limpia y aire respirable, tanto como por la tierra.

Terminaré con una cita de Palestina, Mon Amour de Alfredo M. Bonnano:

No hay perspectivas de paz a la vista. La solución ideal, al menos hasta donde pueden ver todos aquellos que tienen la libertad de los pueblos en el corazón, sería la insurrección generalizada. En otras palabras, una intifada a partir del pueblo israelí que sea capaz de destruir las instituciones que los gobiernan y de proponer la paz basada en la colaboración y el respeto mutuo al pueblo palestino directamente, sin intermediarios. Pero por el momento esta perspectiva es solo un sueño. Debemos prepararnos para lo peor.


Apéndice: Una Guía de Campo para Principiantes sobre el Fascismo Israelí

Al igual que la extrema derecha estadounidense y europea, lxs fascistas israelíes se descentralizaron mucho más en los últimos años, pasando de grandes organizaciones a organizaciones informales, principalmente online y a través de aplicaciones como Telegram. Muchos de los grupos y movilizaciones destinados a atacar a lxs palestinxs durante las revueltas no tienen nombre, o los nombres cambian constantemente, ya que pasaron a la clandestinidad una vez que se vieron expuestos. En cualquier caso, mencionaré las organizaciones más grandes y conocidas, ya que continúan siendo una importante fuerza en las movilizaciones, difundiendo la propaganda del odio y sirviendo como puerta de entrada a formas de organización más clandestinas. Creo que es importante que las personas en el extranjero estén familiarizadas con los grupos, organizaciones, símbolos e ideologías de extrema derecha israelíes, porque operan en comunidades judías en todas partes.

Kahanismo— una ideología judía extremista que lleva el nombre del rabino Meir Kahane, rabino estadounidense activo en Israel principalmente durante la década de 1980, y figura destacada en la política de extrema derecha del país. Propuso principalmente expulsar a lxs árabes y todxs lxs demás no judíxs de Israel con el fin de “purificar” la tierra y establecer una monarquía halajá (ley judía) bajo las fronteras bíblicas del gran Israel. Bajo el mandato de su partido político, Kach, propuso leyes racistas que recordaban las Leyes de Nuremberg, hasta que el partido fue ilegalizado en 1985 por racista. Kahane fue finalmente asesinado en la ciudad de Nueva York por un egipcio-estadounidense, pero su pensamiento e ideología siguen vivos en el Israel de hoy en día y se están fortaleciendo.

Existen facciones kahanistas en los asentamientos judíos de Cisjordania, especialmente entre lxs colonxs extremistas de Hebrón y Kiryat Arba, y se las ha asociado con numerosos ataques terroristas y campañas violentas contra lxs palestinxs. Algunxs de los infames kahanistas más famosxs incluyen a Baruch Goldstein, quien abrió fuego contra lxs fieles musulmanes en la Cueva de los Patriarcas en Hebrón en 1994, matando a 29 personas. Lxs terroristas y las milicias kahanistas continúan cometiendo actos violentos contra lxs palestinxs en Cisjordania, Israel y en el extranjero. Las organizaciones kahanistas de todo el mundo incluyen la Liga de Defensa Judía y la Jewish Task Force.

Bandera kahanista.

Lehava—es una gran organización kahanista. Acrónimo hebreo de “Organización para la Prevención de la Asimilación en Tierra Santa”. Conocida por atacar las relaciones mixtas, especialmente entre mujeres judías y hombres árabes, por enviar matones para amenazar y atacar a lxs palestinxs que salen con judíxs, y por atacar a lxs palestinxs en las calles de Jerusalén. Muchas de sus figuras destacadas viven en asentamientos judíos en Cisjordania. Lehava organizó el 22 de abril la marcha racista “Muerte a lxs árabes” desde el oeste hasta el este de Jerusalén, y muchos de los grupos que buscaron palestinxs en Jerusalén para atacarlxs en los días previos a la escalada están conectados con esta organización. Tienen algunas delegaciones en el extranjero.

A la izquierda, un logo de Im Tirzu; a la derecha, un logo de Lehava.

Otzma Yehudit— partido político kahanista y ultranacionalista de extrema derecha. Muchxs de sus miembrxs son estudiantes y seguidorxs del rabino Meir Kahane. Este partido generalmente no obtiene representación en la Knesset durante las elecciones, pero uno de sus miembrxs principales, Itamar Ben-Gvir, entró en ella durante las últimas elecciones, postulándose en la Lista Sionista Religiosa. Ben Gvir contribuyó a la escalada colocando su “oficina” en el barrio de Sheikh Jarrah y participando en la movilización de los grupos de linchamiento en Ramle.

Hilltop Youth— subcultura religiosa y nacionalista de jóvenes colonxs en Cisjordania. Apodada así por su hábito de construir puestos de avanzada en la cima de las colinas de Cisjordania. Incluye a algunxs kahanistas, y a otros grupos fundamentalistas religiosos y ultranacionalistas, todos violentos y peligrosos. De estos grupos han surgido algunos terroristas clandestinxs extremadamente violentos, como Bat Ayin, que intentó bombardear una escuela de niñas palestinas en Jerusalén este. Lxs colonxs de Hilltop Youth fueron vistxs durante la actual movilización de los grupos fascistas, especialmente en Lydd, donde estaban armadxs y atacaban a lxs palestinxs junto con la policía, a pesar del “toque de queda”.

Im Tirzu— organización fascista neo-sionista más secular, construida alrededor de células estudiantiles en los campus universitarios. Im Tirzu se centra en la actividad ultranacionalista, la negación de la Nakba y la difamación y realización de campañas legales contra izquierdistas, refugiadxs, migrantes y organizaciones de derechos humanos. Después de que demandaran a un grupo de Facebook por llamarlxs fascistas, el tribunal israelí dijo que sí “apuntan a ciertas similitudes con el fascismo”. De modo que son fascistas incluso según la versión del sistema de justicia israelí, lo cual es un gran logro.


¡Sigue lo que está pasando en Palestina!

  1. La policía israelí es muy sensible.